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Contractura cervical

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Contracturas cervicales: Cómo prevenir y tratar el dolor de cuello

El dolor de cuello puede ser causado por una variedad de factores, como la mala postura, el estrés, la tensión muscular, las lesiones o el envejecimiento. A continuación, se presentan algunas medidas preventivas y tratamientos para prevenir y tratar el dolor de cuello:

Algunas pautas claves para la prevención:

  • Mantener una buena postura: evite encorvarse y procure mantener el cuello y la espalda rectos.
  • Realizar ejercicios de estiramiento y fortalecimiento de los músculos del cuello y de la espalda.
  • Descansar adecuadamente, evitando dormir en posturas incómodas o con almohadas inadecuadas.
  • Evitar el estrés y la tensión emocional, ya que pueden causar contracciones musculares en el cuello.
  • Realizar pausas frecuentes durante actividades que impliquen mantener una postura fija por mucho tiempo, como trabajar frente al ordenador.

Estas son algunas de las maneras más comunes de tratar el dolor de cuello:

  • Aplicar calor o frío en la zona afectada: el calor ayuda a relajar los músculos, mientras que el frío disminuye la inflamación.
  • Masajes: se pueden realizar de manera manual o utilizando un dispositivo de masaje.
  • Fármacos: los analgésicos y antiinflamatorios pueden ayudar a aliviar el dolor y la inflamación.
  • Fisioterapia: la terapia física puede ayudar a fortalecer los músculos y mejorar la postura.
  • Acupuntura: esta técnica puede ayudar a reducir el dolor y la tensión muscular.

 ¿Qué es una contractura cervical?

Una contractura cervical es una contracción involuntaria y sostenida de los músculos del cuello, que provoca dolor y rigidez en la zona afectada. Es una afección común que puede ser causada por diversos factores, como la falta de ejercicio, la mala postura, el estrés y la tensión emocional, los movimientos repetitivos y la lesión muscular.

Una contractura cervical puede tener un gran impacto en la calidad de vida de una persona. El dolor, la rigidez y la tensión muscular en el cuello pueden dificultar el desempeño de actividades cotidianas como trabajar, conducir, leer o dormir adecuadamente. Además, el dolor de cuello también puede afectar el estado de ánimo y la salud mental de la persona.

Si el dolor persiste o se agrava, puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de una persona, incluyendo la pérdida de movilidad, la necesidad de tomar analgésicos con regularidad, la disminución de la actividad física, el aislamiento social y la interferencia en las relaciones personales y laborales.

Por lo tanto, es importante tratar las contracturas cervicales adecuadamente y tomar medidas preventivas para evitar su recurrencia.

Causas comunes de las contracturas cervicales

Las contracturas cervicales pueden ser causadas por una variedad de factores, incluyendo:

1. Mala postura al sentarse o dormir

Una mala postura al sentarse o dormir puede contribuir al desarrollo de contracturas cervicales. Cuando se adopta una postura incorrecta, se pueden tensar los músculos del cuello y provocar contracturas.

Para prevenir o tratar las contracturas cervicales relacionadas con la postura al sentarse o dormir, es importante adoptar una postura adecuada en ambos casos. Al sentarse, se recomienda mantener la columna vertebral erguida y los hombros relajados. Al dormir, es importante utilizar una almohada adecuada que brinde soporte al cuello y mantener la columna vertebral alineada.

2. Estilo de vida sedentarios y falta de ejercicio

El estilo de vida sedentario y la falta de ejercicio pueden contribuir al desarrollo de contracturas cervicales. La falta de actividad física puede debilitar los músculos del cuello y hacerlos más propensos a las contracturas. Además, la adopción de una postura incorrecta durante períodos prolongados, como sentarse en una silla frente a un ordenador, también puede tensar los músculos del cuello y provocar contracturas.

3. Estrés y tensión emocional

El estrés y la tensión emocional pueden contribuir al desarrollo de contracturas cervicales. Cuando una persona se encuentra bajo estrés, la respuesta natural del cuerpo es tensar los músculos, lo que puede provocar una contractura.

Es importante abordar las causas subyacentes del estrés y la tensión emocional, como el trabajo, las relaciones personales o los problemas financieros, para prevenir futuros episodios de contracturas cervicales. En casos graves, puede ser necesario buscar ayuda profesional para manejar el estrés y la tensión emocional.

Síntomas de una contractura cervical

Los síntomas de una contractura cervical pueden variar de persona a persona, los más comunes son los siguientes:

Es importante mencionar que estos síntomas pueden ser indicativos de otros problemas de salud, por lo que es recomendable acudir a un médico o fisioterapeuta para obtener un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado. En algunos casos, pueden ser necesarias pruebas de diagnóstico, como radiografías o resonancias magnéticas, para determinar la causa subyacente de la contractura cervical.

1. Dolor y rigidez en el cuello

El dolor y la rigidez en el cuello son dos de los síntomas más comunes de una contractura cervical.

El dolor puede ser agudo o sordo y puede irradiarse hacia los hombros y la espalda. También puede ser más intenso al mover el cuello o al estar en una posición fija durante un tiempo prolongado. La rigidez en el cuello se debe a la contracción muscular sostenida y puede dificultar la movilidad del cuello y la cabeza.

2. Dolor de cabeza y mareos

Los mareos pueden ser síntomas de una contractura cervical. Cuando los músculos del cuello están tensos y contracturados, puede haber una disminución del flujo sanguíneo y de los nutrientes que llegan al cerebro, lo que puede provocar dolores de cabeza y mareos.

El dolor de cabeza en la contractura cervical suele ser de tipo tensional, y se puede sentir en la frente, en la parte posterior de la cabeza o en las sienes. El dolor también puede ser constante o intermitente y se puede sentir como una sensación de presión o apriete.

Los mareos pueden ser leves o graves y pueden provocar sensación de inestabilidad, pérdida de equilibrio, náuseas y vómitos.

3. Limitación en la movilidad del cuello

La contractura cervical es una afección en la que los músculos del cuello se vuelven tensos y rígidos, lo que puede dificultar el movimiento del cuello. Además de la limitación en la movilidad, la contractura cervical también puede causar dolor en el cuello y en la parte superior de la espalda, dolores de cabeza y sensación de «pinchazos» o adormecimiento en los brazos y las manos.

Fisioterapia: el enfoque ideal para el tratamiento de contracturas cervicales

La fisioterapia es un enfoque ideal para el tratamiento de contracturas cervicales. La fisioterapia puede ayudar a reducir el dolor y la rigidez en el cuello, mejorar la movilidad y la flexibilidad de los músculos del cuello y prevenir futuras contracturas cervicales.

Evaluación y diagnóstico por parte del fisioterapeuta

La evaluación y el diagnóstico por parte del fisioterapeuta son cruciales para el tratamiento efectivo de las contracturas cervicales. Antes de comenzar cualquier tratamiento, el fisioterapeuta realizará una evaluación exhaustiva para determinar la causa subyacente de la contractura cervical y evaluar la gravedad de la afección.

Técnicas manuales y masajes terapéuticos

Las técnicas manuales y los masajes terapéuticos son técnicas comunes utilizadas en la fisioterapia para tratar las contracturas cervicales. Algunas de las técnicas manuales y masajes terapéuticos que pueden ser efectivos para el tratamiento de las contracturas cervicales incluyen: el masaje sueco, el masaje de tejido profundo, la liberación miofascial, técnicas de movilización articular y acupuntura

Ejercicios y estiramientos específicos

  1. Estiramiento de la cadena muscular posterior: Este estiramiento ayuda a relajar los músculos de la nuca y de la parte superior de la espalda. Para hacer este estiramiento, se debe sentar con la espalda recta, llevar el mentón hacia el pecho y bajar la cabeza. Luego, se debe llevar los brazos hacia los pies y estirar los músculos de la espalda durante 20-30 segundos.
  2. Estiramiento del trapecio: Este estiramiento ayuda a relajar los músculos de la parte superior de la espalda y de los hombros. Para hacer este estiramiento, se debe sentar con la espalda recta, llevar el brazo izquierdo por encima de la cabeza y colocar la mano derecha sobre el oído izquierdo. Luego, se debe inclinar la cabeza hacia la derecha hasta sentir un estiramiento en la parte izquierda del cuello y sostener durante 20-30 segundos. Luego, repetir del otro lado.
  3. Ejercicio de la «girafa»: Este ejercicio ayuda a mejorar la movilidad del cuello. Para hacer este ejercicio, se debe sentar con la espalda recta y mirar hacia adelante. Luego, se debe llevar la barbilla hacia el pecho y sostener durante unos segundos. A continuación, se debe levantar la cabeza y llevar la barbilla hacia el techo, como si se estuviera mirando hacia arriba. Se debe repetir este movimiento durante 10 repeticiones.
  4. Ejercicio de la rotación del cuello: Este ejercicio ayuda a mejorar la movilidad del cuello y a relajar los músculos de la zona cervical. Para hacer este ejercicio, se debe sentar con la espalda recta y mirar hacia adelante. Luego, se debe girar la cabeza hacia un lado y sostener durante unos segundos. A continuación, se debe volver a la posición inicial y repetir el movimiento hacia el otro lado. Se debe repetir este movimiento durante 10 repeticiones.

¿Cómo prevenir las contracturas cervicales?

Siguiendo estas recomendaciones se pueden prevenir las contracturas cervicales así como mantener una buena salud cervical y espinal:

– Consejos de ergonomía para el trabajo y el hogar

Los consejos de ergonomía son importantes tanto en el trabajo como en el hogar para prevenir lesiones y dolores musculares. A continuación, se presentan algunos consejos de ergonomía:

  1. Mantener una buena postura: Mantener una buena postura es importante para evitar tensiones en el cuello, la espalda y los hombros. Es importante sentarse con la espalda recta y los pies apoyados en el suelo.
  2. Ajustar la silla y la mesa: Es importante que la silla y la mesa estén ajustadas a la altura adecuada. La silla debe tener soporte lumbar y la mesa debe estar a la altura adecuada para evitar tener que encorvarse o levantar los hombros.
  3. Descansar adecuadamente: Es importante descansar adecuadamente para evitar tensiones en el cuello y la espalda. Es recomendable hacer descansos regulares y estirar el cuerpo.
  4. Evitar levantar objetos pesados: Es importante evitar levantar objetos pesados o hacer esfuerzos que puedan causar lesiones. En caso de tener que levantar objetos, es importante hacerlo de forma adecuada y con la técnica adecuada.
  5. Ajustar la pantalla del ordenador: Es importante ajustar la pantalla del ordenador a la altura adecuada para evitar tener que inclinar la cabeza hacia arriba o hacia abajo.
  6. Evitar el estrés: El estrés puede contribuir a la aparición de tensiones musculares, por lo que es importante aprender técnicas de relajación y meditación para controlarlo.
  7. Mantener una buena iluminación: Es importante mantener una buena iluminación tanto en el trabajo como en el hogar para evitar tener que forzar la vista.

Estiramientos y ejercicios para fortalecer la musculatura del cuello

  • Estiramiento del cuello: Colócate de pie o sentado con la espalda recta. Inclina la cabeza hacia un lado, llevando la oreja hacia el hombro. Mantén la posición durante 15-30 segundos y luego cambia de lado. Repite 3-5 veces.
  • Estiramiento de los trapecios: Colócate de pie o sentado con la espalda recta. Lleva un brazo hacia el lado opuesto de la cabeza y aplica una ligera presión para estirar el músculo trapecio. Mantén la posición durante 15-30 segundos y luego cambia de lado. Repite 3-5 veces.
  • Ejercicio de rotación del cuello: Colócate de pie o sentado con la espalda recta. Gira lentamente la cabeza hacia un lado, manteniendo la posición durante 5 segundos. Luego, gira la cabeza hacia el otro lado y mantén la posición durante 5 segundos. Repite 10 veces.
  • Ejercicio de flexión del cuello: Colócate de pie o sentado con la espalda recta. Inclina la cabeza hacia adelante, llevando la barbilla hacia el pecho. Mantén la posición durante 5 segundos y luego vuelve a la posición inicial. Repite 10 veces.
  • Ejercicio de extensión del cuello: Colócate de pie o sentado con la espalda recta. Inclina la cabeza hacia atrás, mirando hacia el techo. Mantén la posición durante 5 segundos y luego vuelve a la posición inicial. Repite 10 veces.
  • Ejercicio de resistencia con las manos: Colócate de pie o sentado con la espalda recta. Coloca las manos detrás de la cabeza y aplica una ligera presión hacia atrás mientras resistes con el cuello. Mantén la posición durante 5 segundos y luego relaja. Repite 10 veces.

Importancia del manejo del estrés y la relajación

Hay varias técnicas que pueden ayudar en este proceso, como la meditación, la respiración profunda, el yoga, la relajación muscular progresiva y la terapia cognitivo-conductual.

La meditación y la respiración profunda pueden ayudar a reducir la ansiedad y el estrés al disminuir la frecuencia cardíaca y la presión arterial. La relajación muscular progresiva puede ayudar a aliviar la tensión muscular y a reducir el dolor de cabeza y la fatiga. El yoga puede ayudar a mejorar la flexibilidad y el equilibrio, al mismo tiempo que promueve la relajación y la atención plena.

La terapia cognitivo-conductual es una técnica que se enfoca en el pensamiento y el comportamiento para ayudar a las personas a manejar el estrés y la ansiedad. Esta terapia puede ayudar a identificar patrones de pensamiento negativo y a reemplazarlos por pensamientos más positivos y realistas.

Fisioterapia como prevención

La fisioterapia puede ser muy efectiva como medida preventiva para evitar la contractura cervical, ya que se enfoca en fortalecer la musculatura del cuello, mejorar la postura y reducir la tensión muscular.

Para prevenir la contractura cervical, el fisioterapeuta puede recomendar una serie de ejercicios y estiramientos específicos para fortalecer los músculos del cuello y mejorar la flexibilidad.

Además, nuestros fisioterapeutas podrán enseñarte técnicas de relajación y respiración para reducir la tensión muscular en el cuello y los hombros. También podrá ofrecerte consejos ergonómicos para mejorar la postura en el trabajo y en el hogar.

La fisioterapia también puede ser útil para tratar otros problemas de salud que pueden contribuir a la contractura cervical, como la artritis, la escoliosis y la hernia de disco. Al tratar estos problemas de salud de manera efectiva, es posible reducir el riesgo de desarrollar una contractura cervical.

En resumen, la fisioterapia puede ser muy efectiva como medida preventiva para evitar la contractura cervical. Si sufres una contractura o quieres evitarla, pide cita con nuestros fisioterapeutas en Alicante.

 

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