La electroestimulación (EMS), es un protocolo que provoca una contracción muscular mediante impulsos eléctricos que estimulan directamente las neuronas motoras. Con esta técnica podemos hacer también rehabilitación y recuperación de lesiones, pero hoy vamos a hablar de cómo ponerse en forma con electroestimulación.
Esta técnica crea contracciones musculares que pueden ser rápidas y frecuentes, rápidas con pausas prolongadas o contracciones que se mantienen durante varios segundos o minutos a la vez.
Normalmente, es el cuerpo el que contrae los músculos enviando impulsos eléctricos desde el cerebro a través del sistema nervioso central. Pero un dispositivo de EMS te permite participar en contracciones musculares profundas, intensas y completas sin activar (o estresar) realmente tu sistema nervioso central, por no mencionar las articulaciones y tendones.
Lo mejor es que el cuerpo no sabe la diferencia entre una contracción voluntaria y una estimulada eléctricamente. Tu cuerpo solo reconoce que hay un estímulo y reacciona a él en consecuencia.
Si esto te suena un poco raro, no te preocupes, hay ciencia que lo respalda.
¿Es posible ponerse en forma con electroestimulación?
Un estudio publicado en el Journal of Strength and Conditioning investigó si el EMS podría ayudar a los atletas de élite a obtener una ventaja en el rendimiento. Llegaron a la conclusión de que «el análisis muestra que los atletas entrenados y de élite, a pesar de su alto nivel de condición física, son capaces de mejorar significativamente su nivel de fuerza en la misma medida que los sujetos no entrenados».
Al concluir el estudio, los investigadores declararon que «la electroestimulación ofrece una alternativa prometedora al entrenamiento de fuerza tradicional para mejorar los parámetros de fuerza y las habilidades motoras de los atletas».
Otro estudio de 2015 titulado » Efectos de la terapia actual de alta frecuencia sobre la obesidad abdominal en mujeres jóvenes: un ensayo controlado aleatorio » ofrece un ejemplo diferente de la efectividad del EMS. En lugar de los niveles de condición física, este estudio investigó si la electroestimulación podría ayudar a perder grasa corporal.
En este estudio, un grupo de sujetos recibió 30 minutos de terapia con EMS en el abdomen. Los sujetos realizaron estas sesiones tres veces por semana durante seis semanas. Después de esas seis semanas, los investigadores midieron la circunferencia de la cintura del sujeto, el índice de masa corporal, la masa grasa subcutánea (grasa debajo de la piel) y el porcentaje de grasa corporal total.
Sorprendentemente, sin modificar su ejercicio o dieta, el EMS sí causó efectos significativos en la disminución de la circunferencia de la cintura, la obesidad abdominal, la masa grasa subcutánea y el porcentaje de grasa corporal, lo que llevó a los investigadores a concluir: «El uso de la terapia actual de alta frecuencia puede ser beneficioso para reducir los niveles de obesidad abdominal en mujeres jóvenes».
Otros estudios han demostrado que el EMS es útil para todo, desde el control del dolor hasta ayudar a aumentar el flujo de sangre de los músculos para calentarse antes de las actividades relacionadas con el rendimiento.
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